de Iván Franco Hidalgo
 En apenas dos minutos este corto madrileño se propone como una posible mirada al mundo en que vivimos. A través de los ojos de una niña, redescubrimos o lamentamos que todo sea reflejo de realidad y no-realidad misma. Las imágenes, con gran uso del primer plano, se potencian con la voz en off que, sin pleonasmos, profundiza cada imagen, cada impresión, cada personaje. Los ojos de la nena son nuestros ojos y, juntos, sin decirlo, parecen lamentar la velocidad de un hoy que se escapa. La música, casi hipnótica, nos adentra aún más en las imágenes. Y el tiempo no se define ni como amigo ni como enemigo. 
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