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:: ¿Qué?

(What?, 1972)

LO QUE VEMOS

Con la música del austriaco Franz Schubert sonando de fondo, se introducen los títulos de esta película de una manera muy original: una mano va escribiendo los nombres del equipo técnico en distintas páginas de un cuaderno. Avanzada la cinta veremos que se trata del mismo lápiz, la misma letra y el mismo cuaderno-diario íntimo que Nancy (Sydne Rome) lleva durante todo el film.
Nancy es una joven norteamericana que pasea por Europa “haciendo dedo” (sic). Cuando está a punto de ser violada por tres italianos logra escaparse del auto, sólo con su diario íntimo entre las manos. Corre hasta dar con un teleférico en el que desciende hacia una mansión junto al mar. Allí un perro la ataca sexualmente y luego un sirviente la confunde con una invitada y la aloja en una de las habitaciones de la casa. Nancy se desnuda y es espiada por Alex (Marcello Mastroianni), un autodenominado gigoló que se pasea en bata blanca y la observa con lujuria desde el ventanal de la terraza. Al acostarse en la cama, siente que otros ojos la observan por un orificio incrustado en la pared. Escribe unas líneas en su diario y se duerme.
A la mañana siguiente, descubre que le robaron la remera, así que se envuelve con una colcha y sale a desayunar. Allí se encuentra con Alex y conoce a tres jóvenes más que juegan al ping pong en el piso superior de la mansión: Tony, el más delgado y moreno, tiene sexo día y noche y sólo obedece a su pene guiado por espasmos pélvicos; Jimmy, el más gordo, es introvertido y a pesar de estar obsesionado con el sexo no lo practica por sus ganas de comer, dormir y roncar; y Mosquito, interpretado por el propio Polanski, con un gracioso bigote rubio, se encuentra atraído por Nancy, y le hace la vida imposible a su primo Alex.
A medida que avanza el film, Nancy va descubriendo a los distintos ocupantes de la casa: dos lesbianas que se pasean semidesnudas, no hablan con nadie y sólo van a la playa para tomar sol. Un sacerdote vestido con sotana negra que bendice la mesa, espía a las lesbianas y se burla de Nancy. Giovanni, un sirviente y pianista frustrado al que sólo le interesa Mozart, la artritis de sus dedos y el sexo bucogenital. Noblart, el dueño de aquella casa, va en silla de ruedas acompañado por una enfermera alemana, sabe que le queda poco tiempo de vida y su único placer pasa por la mirada, por eso colecciona obras de arte y, casi al final de la película, le pide a Nancy que le muestre sus partes íntimas. Ella accede y él muere de golpe. Asustada, corre por la mansión, perseguida por el resto de los inquilinos que no saben ni por qué la persiguen, hasta que la enfermera sale por una ventana y avisa de la muerte de Noblart. El perro termina de desnudarla mientras ella corre alocada bajo la lluvia hasta subir a un camión repleto de cerdos y se despide de Alex, explicándole que si no lo hace, jamás se acabará la película que estamos viendo.
LO QUE DEBEMOS SABER

La preparación y el rodaje de ¿Qué?, así como los años pasados en Italia después del estreno del film, representaron para Polanski un intermedio feliz que le trajo la calma y le permitió volver a llevar una existencia normal, luego de haber vivido la tragedia del asesinato de su mujer embarazada y de varios amigos por parte de la secta del maníaco Charles Manson en los Estados Unidos.
El guión que dio origen a ¿Qué? se llamó en un principio El dedo mágico y estaba pensado para Jack Nicholson, cuyo papel sería el de un productor –inspirado en Sam Spiegel y Leónide Moguy- que se encargaba de seleccionar actrices obligándolas a que le chupasen el dedo meñique con odio, con repugnancia, con amor y con adoración. Luego, el guión fue modificado y el productor se convirtió en un millonario excéntrico y coleccionista de arte –inspirado en Calouste Gulbenkian, un legendario multimillonario del petróleo, filántropo y coleccionista-; y la actriz en búsqueda de trabajo, en una hippie alocada y norteamericana que viaja por Europa en búsqueda de emociones más fuertes. Así mismo Carlo Ponti, el productor italiano, solicitó sustituir el escenario pensado por Polanski -una estación alpina de esquí– por una mansión en la costa italiana, y cedió para ello la residencia de verano que él y su esposa (Sophía Loren) tenían en la Rivera.
El rodaje se realizó durante el verano de 1972 y fue estrenada en Italia y Alemania en diciembre de ese mismo año, mientras que en marzo de 1973 recién llegaba a Francia, y mucho más tarde, a países no democráticos que la censuraban por su alto contenido erótico. Polanski no le dio gran importancia a ésta película en el aspecto cinematográfico, aunque reanudó con ella sus tendencias más barrocas y surrealistas. “Sobre ¿Qué? apenas cabe decir nada. La película fue un éxito en Italia, un éxito moderado en el resto de Europa, y un fracaso en Estados Unidos” decía Polanski en un reportaje de 1985.
¿Qué? es considerado el film más surrealista y bizarro de Polanski, quizás una vuelta al cine más experimental de sus primeros tiempos. Podríamos decir que se trata de una comedia erótica y onírica, cuya verdadera comicidad no pasa por la carcajada sino por una sonrisa apenas esbozada; su erotismo se basa, principalmente, en el hecho de que la protagonista se pasea desnuda en la mayor parte de la película; y su onirismo se entrevé en los recurrentes signos típicos de los sueños como la desnudez, los déjà vú, el miedo al ridículo, los deseos sexuales, la incertidumbre, la repetición, la ilógica, entre otros.
La película, en cierto sentido, también evoca la mediocridad de los regateos que gobiernan el mercado del arte, y reafirma la preocupación de los artistas de excitar con sus obras el sentido estético y el sentido erótico de los hombres. Polanski nos plantea aquí uno de los tópicos más usados por los artistas contemporáneos: la autorreferencialidad, esto es que aprovecha el medio que le da la obra de arte para interrogarse e interrogarnos su propia condición de creador.
Luego del asesinato de su esposa, Polanski filma un divertimento que, aparentemente, se aleja de la oscuridad de su cine anterior y se vuelve más lúdico. Así, el viejo coleccionista de arte (Noblart, cuyo alter ego es el del director) se comporta de modo análogo a Polanski: abandona el objeto artístico como reproductor del placer de la observación de un objeto real, para sustituirlo por el objeto erótico real, el cuerpo de la mujer (Nancy). Al respecto, Virginia Wright Wexman escribe: “El valor comercial del arte reside en su capacidad de suplir la estimulación directa del erotismo. En ¿Qué? todas las formas del arte se desvelan como unos sustitutos del placer sexual”. Y el placer sexual más fuerte, el que desemboca en el voyeurismo de la carne, desemboca en la muerte; como una especie de mandato para todos: disfrutar del espectáculo hasta morir.

¿POLANSKI REVERSIONANDO A LEWIS CARROLL?

Mucho se dijo sobre las similitudes entre ¿Qué? y Alicia en el país de las maravillas, a pesar de que Polanski se cansó de aclarar que su intención había sido hacer una versión a lo François Rebelais de su historia. Pero lo cierto es que en este film encontramos más de una coincidencia con el cuento de Lewis Carroll: el pasaje de un mundo a otro se realiza a través de un descenso, en el caso de Alicia por la madriguera y en el de Nancy mediante un ascensor-teleférico. Ambas son expulsadas del mundo real y se introducen en un mundo imaginario lleno de absurdos; en cierto modo, los dos viajes son oníricos y, mientras Alicia crece y decrece, Nancy se viste y se desviste. Tanto Nancy como Alicia son introducidas en este nuevo mundo de la mano de un guía: un sirviente para la primera y el Conejo Blanco para la segunda. La pareja de alemanes o la antipareja que forman Tony y Jimmy serían las versiones de Humpty y Dumpty. Alex, el personaje de Marcello Mastroianni que aparece y desaparece observando siempre a Nancy sería la reencarnación del gran gato de Cheshire que se le aparece en lo alto de un árbol a Alicia. Mosquito sería el Sombrerero Loco y Noblart una variación de la Reina de Corazones, personaje detestado pero sobre el que giran todos los demás.
El tiempo y los relojes no siguen un orden cronológico normal en el país de las maravillas y lo mismo sucede en la mansión de la Rivera, en dónde el tiempo, entendido como tal, no existe, es una ilusión física y por eso los hechos se repiten una y otra vez. La estructura narrativa con introducción-nudo-desenlace se encuentra ausente en ambas historias, dónde prima el sinsentido con una narrativa abierta. Finalmente, para huir del inconsciente, del absurdo, es preciso salir de ese mundo onírico y tanto Nancy como Alicia, descubren que la única manera de escapar del círculo es abandonando el laberinto, salir del mundo para volver al otro lado del espejo, en otras palabras, salirse de la propia película.


Por Carolina Zarzoso Paoloni (editorial@solocortos.com)
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