Veneno en 4 minutos, M. Róvere
Cuatro minutos es poco tiempo para alterar el curso y el orden del tiempo. Salvo que esté todo tan organizado como para saber qué es lo importante de cada minuto y qué gana la historia si es contada al revés o al derecho. Y efectivamente, este corto es una prueba de que puede hacerse obteniendo buenos frutos.
Si bien es una anécdota chiquita, está muy bien conjugada. Y que se muestre desde el final, al mejor estilo Memento, refuerza la historia, que de otra forma sería simplemente un desencuentro amoroso. .
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