Femme Fatale de Brian de Palma.
Sólo 20 minutos lleva ver una de las escenas de sexo lésbico más pulcras de todos los tiempos. Sin fluidos, sin sudores, prácticamente sin gemidos; un esteticista, pero no por eso menos caliente encuentro entre dos diosas. La rubia, Rebecca Romijn-Stamos y la morocha Rie Rasmussen, que aún lejos de ser Susana y Moria, dejan la pantalla más que encendida.
Claro que todo tiene su precio, no las vemos de corrido, sino que debemos “soportar” la causalidad de los hechos que tan majestuosamente De palma se encarga de narrar.
Cuando referimos “pulcra” escena, es porque no puede serlo más. Nadie ha pensado jamás en tener sexo en un baño público de forma tan seca, tan limpia. Más aún, cuando es el baño del Festival internacional de Cine de Cannes en una proyección de gala, cuando Rie Rasmussen luce una serpiente de oro y diamantes de un valor estimado en 10 millones de dólares, enroscada en su torso haciendo las veces de corsette y cuando el resto del atuendo de ambas son diseños que van de “La Perla” a “Jean Paul Gauthier”, podríamos decir que parte de la belleza obedece al orden del buen gusto.
La escena que De Palma decide mostrar, es acompañada por una versión de casi 15 minutos de duración del Bolero de Ravel que sumada a las las Femmes fatales apoyando sus pechos detrás del vidrio esmerilado que divide los boxes del baño, dan una ecuación perfecta entre erotismo y pulcritud, permitiendo al espectador construir todas aquellas partes que no se ven... Una de las cosas que definitivamente más gustan a los que “gozan” del cine.
Esto no es todo, sino que como premio mayor, tenemos una abundante diversidad de planos detalle de las miradas entre las protagonistas, insinuando todo aquello que queda por mostrar...
El film de Brian de Palma demuestra estar diseñado, al estilo de las de las grandes marcas que proveen las prendas que harán lucir a Rebecca Romijn-Stamos simplemente inolvidable. Pero el director no se queda sólo allí, sino que continúa hasta el límite de lo inesperado desenlazando el sorpresivo final, demostrando que aquel cine negro del que la película parte en su escena inicial, (Double Indemnity, Billy Wilder, 1944), es aquel que sigue vivo hasta nuestros días.
Nota: Femme Fatale (Brian de Palma, 2002) no se ha estrenado en los cine de Buenos Aires aún; sin embargo, han comenzado a circular versiones en DVD.
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