Un corto de Xavier Agudo
Es posible que cualquier categorización sea injusta o grandilocuente. No es un cortometraje que transmita sensaciones en abstracto. Es un corto incómodo: muestra situaciones que movilizan y produce una extrañeza interesante. No trabaja con la sensibilidad ni de los actores ni del espectador sino que maneja exclusivamente efectos.
Un humillante trabajo en un sex shop la atormenta y alternativamente se encuentra con varios personajes, los menos imaginados (tal vez allí esté el mayor logro visual) que los espectadores sabemos, proponen una nueva aventura.
En el momento en que parece liberarse del trabajo, haciéndose valer y decidiendo no dejarase menospreciar más, cae en las manos de un nuevo exceso.
Es una historia difícil de digerir, no por la liviandad de los personajes pero sí, tal vez, por las actrices. Por momentos se vuelve intrigante, sobre todo cuando trabaja con el material de fantasías eróticas (en más de un sentido). Es un corto de y por mujeres aunque no llega a crear lo que podría reconocerse como una atmósfera femenina real.
|