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:: Vida de perros, por Tarantino.

¡Bang, bang…Estás liquidado!

Estrenada ya hace 14 años Perros de la calle (Reservoirs Dogs, 1992) no deja de ser un film excepcional, incluso siendo el segundo film de su director, Quentín Tarantino.

El cumpleaños de mi mejor amigo (My best friend´s Birthday, 1987) es la primera película de este director, que pasa desapercibida absolutamente, de hecho, se corre el rumor de que el propio Tarantino se esfuerza para evadirla de su filmografía.
Pero con Perros de la calle sucede otra cosa. Si bien el éxito le llegó dos años más tarde de su estreno, impulsado por la siguiente película de Tarantino, Pulp Fiction(1994), ya se podían vislumbrar algunas marcas de autor en Perros…. No solamente por el propio talento de Tarantino, sino también porque una de éstas es la mezcla de referencias a otros directores y géneros.
Sin embargo, cabe hacer una aclaración, que no solamente Tarantino hace uso de este recurso, porque en realidad esta es una característica del cine de la posmodernidad.

Vicente Molina Foix dice que: (1)uno de los factores más conspicuos de esa dilapidación posmoderna de la narratividad es el ansia voraz de su apropiacionismo, haciendo referencia a la refundición de sublenguajes televisivos, seriales y musicales que aparece en los films de los jóvenes cineastas, como Gregg Araki, Egoyam, los hermanos Coen, Aki Kaurismaki, Tim Burton y Tarantino, en los que también observa un reflejo godardiano
Entonces, eliminando la exclusividad y más allá de lo natural que pueda ser en un realizador de estos tiempos la idea de homenajear/plagiar/imitar determinados aspectos de un film, Tarantino se toma el trabajo de utilizar dramáticamente este aspecto.

Básicamente Perros…se trata de un grupo de delincuentes que son convocados para ejecutar el robo de unos diamantes. Ninguno se conoce entre sí. El plan sale mal y así arranca la búsqueda del delator infiltrado.
Planteado de esta manera, pareciera ser un film negro y ya. Ahora bien, ¿pareciera también que el diálogo de la primera escena encuentra a todos los maleantes desayunando en un bar, discutiendo sobre la temática de Like a virgin de Madonna?. Claramente, no. Así es que una parte de la banda opina que es una canción de amor y el resto que es un tema que trata sobre pitos. Sr. Azul
“True Blue” es sobre una chica sensible,
y “Like a virgin” es sobre pitos grandes.
Es sobre esta hembra que coge sin cesar. Pija, pija, pija, pija.

Sr. Marrón
¿Cuántas pijas?

Sr. Blanco
Muchas.

Sr. Azul
Un día, conoce a un tipo con una pija enorme.
Un tipo como Charles Bronson en “La gran fuga”.
Le hace un túnel, la coge bien. Y ella siente algo olvidado.
El dolor.
Le duele tanto como si fuera virgen por eso Like a virgin.


Funde a negro, títulos y arranca la reconstrucción de los hechos, con la linealidad absolutamente alterada.

Vemos a uno de los agentes malherido, el Sr. Naranja, bañado en sangre, mientras el conductor, Larry o el Sr. Blanco, trata de tranquilizarlo.
Y así empieza la dosificación de información al espectador.
Larry no deja de hablarle al Sr. Naranja para mantenerlo despierto. Trata de explicarle que no tiene nada, que va a estar bien. Situación difícil la del Sr. Naranja, ya que recibió un balazo en el estómago y se está desangrando.
¡¡Me voy a morir, me voy a morir!! grita el Sr. Naranja. El Sr. Blanco para tranquilizarlo, le replica: No sabía que habías estudiado medicina. ¿Eres doctor?. La respuesta del Sr. Naranja es que no, y se tranquiliza, siguiendo las indicaciones del Sr. Blanco que son: llegamos al refugio, Joe consigue un doctor y te recuperás.
Toda esta secuencia termina en el refugio, donde el Sr. Naranja le pide al Sr. Blanco que lo lleve a un hospital, que no va a mencionar a ninguno de ellos, pero que por favor lo ayude. Éste se niega, arguyendo que cuando Joe llegue, él sabrá qué hacer. Para cerrar este diálogo, llega el Sr. Rosa al lugar.

Hasta aquí qué sabemos: que el Sr. Naranja y el Sr. Blanco estaban haciendo un trabajo juntos, que algo salió mal y el Sr. Naranja resultó herido.

Un buen ejercicio para comprobar si dicha alteración no es solamente un capricho es ordenar los hechos cronológicamente. Primero veríamos las escenas del despacho de Joe Cabot (con el Sr. Blanco y el Sr. Rubio) en la que les ofrece el trabajo de los diamantes. Luego las escenas del entrenamiento del Sr. Naranja para contar historias falsas, que develan que es policía, la secuencia del bar y la del relato del Sr. Naranja en el baño. Después iría la secuencia de Holdaway y el Sr. Naranja en la cafetería, que aparece desdoblada por montaje. Después la secuencia del coche y la de la distribución de colores. Luego vendría el diálogo de preparación entre el Sr. Blanco y el Sr. Naranja. Después, la escena inicial en la cafetería, y dando por sentado que ese desayuno es previo al robo, vendría la huida del Sr. Rosa con los diamantes por un lado, y la del Sr. Blanco y el Sr. Naranja por otro, incluyendo la secuencia en la que el Sr. Naranja se desangra en el coche. Luego llegan al almacén, y a partir de ahí se suceden todo el bloque del almacén en orden cronológico (intercalando la escena en la que Nice Guy Eddie conduce su coche hablando por teléfono).

Con la llegada del Sr. Rosa se abre un nuevo canal de información.
En una habitación separada del Sr. Naranja, el Sr. Blanco y el Sr. Rosa repasan cómo sucedieron las cosas. El Sr. Rosa afirma con vehemencia que todo fue una trampa porque la policía ya estaba esperándolos, sino, hubiese sido imposible que no tuvieran los 4 minutos obligados de tiempo para escapar. Que la segunda tanda de polis sí respondió al llamado de la alarma, pero que la primera, los estaba esperando. Una rata se había colado entre ellos, indudablemente.

Con esta charla, Tarantino ya deja vislumbrar cuál será el eje principal del film: descubrir quién fue el delator. Y al mismo tiempo devela la estructura dramática. Abre un interrogante, lo cierra con una respuesta que abre nuevamente más de uno, y así constantemente. La información está distribuida de tal forma que hay tramas que quedan pendientes durante algunas escenas, pero a lo largo del film, se cierran.
El Sr. Rosa intenta dilucidar junto al Sr. Blanco quién pudo haber sido el delator repasando cuál fue el destino de cada uno de los agentes después de la aparición de la policía en el lugar del robo.
A la pregunta sobre cada uno de los integrantes de la banda, tanto el Sr. Blanco como el Sr. Rosa responden sin satisfacer sus inquietudes. La única información que tranquiliza al Sr. Blanco es que el Sr. Rosa logró escapar con los diamantes, cosa que lo descarta como sospechoso, ya que podría haberse escapado, pero siguió los pasos indicados por el Jefe y volvió al almacén. Eso sí, ambos coinciden en que la actitud del Sr. Rubio fue la de un psicópata, y en parte lo responsabilizan por el fracaso del plan.
Pero los nervios del momento hacen que las acusaciones entre sí los lleven a las manos.

Entonces, no es para sospechar que aparezca el Sr. Rubio en el almacén sano y salvo. Y para apaciguar las tensiones trae una sorpresa en el baúl: un policía que tomó como rehén. El Sr. Rubio odia a los policías, así que se trajo uno para torturarlo mientras pasa el rato y llega Joe.
El Sr. Blanco y el Sr. Rosa aceptan el plan para ver si pueden averiguar con el poli, quién fue la rata.
En medio del asunto llega Eddie que, preocupado por el resto de la banda y por la furia de su padre, el mentor del plan, les ordena que dejen a ese policía en paz, y se va con el Sr. Blanco y el Sr. Rosa a buscar los diamantes.
El Sr. Rubio se queda con el Sr. Naranja y el policía, a cuidarlos, supuestamente. Y es extraña su manera de hacerlo, ya que le rebana la oreja al policía entre paso y paso de baile,
Es el Sr. Naranja quien evita que lo prenda fuego vivo vaciándole el cargador entero de su pistola.
Y este el punto bisagra para entrar en el bloque Sr. Naranja. Por lo que acaba de suceder, ya casi no quedan sospechas sobre quién es la rata, pero la confirmación aparece con el repaso de los hechos. Es un poli infiltrado, que una vez convocado para el plan, practica qué anécdotas contar y qué decirle a cada compañero para pasar desapercibido.

Al regreso de Eddie, el Sr. Blanco y el Sr. Rosa, el cuerpo del Sr. Rubio desata una fuerte discusión con el Sr. Naranja. La coartada de éste no es tan contundente como para convencer a Eddie sobre la intención de traicionarlos que tenía el Sr. Rubio. Pese a que sus antecedentes psicópatas no lo ayudan, la lealtad de Eddie puede más.
En ese momento, llega Joe, para aclarar todo. Con la firme acusación de que el soplón es el Sr. Naranja. El Sr. Blanco trata de convencerlo que está equivocado, y como Joe no cede, terminan apuntándose entre sí. Joe apunta al Sr. Naranja, el Sr. Blanco apunta a Joe y Eddie apunta al Sr. Blanco. El Sr. Rosa se esconde debajo de la rampa donde yace el Sr. Naranja. Ninguno baja su arma, así que se terminan matando entre sí.
El Sr. Rosa, frente a semejante panorama, agarra los diamantes y se da a la fuga. Moribundo, el Sr. Blanco, se acerca al Sr. Naranja para escuchar de su boca aquello que nunca hubiese querido. Soy policía, Larry, lo siento. Y antes de poder reaccionar, por audio, entran los policías y le disparan.

Fin, y ahora a pensar.

Esta historia que no es ambiciosa en absoluto, gana en todos sus aspectos por cómo está contada. Aquel ejercicio propuesto para descubrir si la alteración de la linealidad es gratuita o no, a esta altura, nos revela que es uno de los aciertos para que el film cobre peso.
Porque hay algo que es cierto, Tarantino presenta a los personajes con tal elegancia, con tantos detalles que los refunda continuamente.
El Sr. Blanco lleva un peine consigo y después de enjuagarse la sangre de las manos, se peina, porque enciende su encendedor Zippo con el chasquido de sus dedos.
El Sr. Rubio es fanático de la música de los ´60 y baila al son de ello mientras tortura al policía
El Sr. Rosa no deja propinas y se queja del color que le ha tocado como apodo; Eddie lleva puestas botas texanas con una campera Niké…
La performance de toda la banda no es un detalle menor. Son quienes llevan adelante el nudo dramático de la película. Un problema, que por cierto, nunca fue visto en pantalla. Todo gira alrededor de un robo del que nunca vimos planos. Semejante cosa debe ser sostenida por una estructura dramática sólida y personajes que soporten con sus acciones dicha estructura. Y eso es que sucede en Perros de la calle.

Si bien Tarantino es una máquina de homenajear/plagiar filmes desde distintos lugares, tiene a su favor que por lo menos están utilizados de manera que aporten al desarrollo del film.
Un ejemplo de ello es la película City of Fire, que trata sobre un policía que se infiltra en un grupo de ladrones que van a dar un golpe a una joyería. El policía es herido de un disparo y comienza a desangrarse. Al final, el jefe de la banda lo acusa de ser un infiltrado, ante la oposición del integrante más viejo de la banda. Finalmente, ante la intención del jefe de matar al policía, se forma un triángulo de fuego y todos mueren. En la última secuencia, el policía herido, agonizando, confiesa a su amigo el atracador lo que realmente es. Mmmmmm.
Y para hilar más fino con respecto a esta escena, cabe destacar lo siguiente: Joe le dispara al Sr. Naranja, el Sr. Blanco le dispara a Joe y Eddie al Sr. Blanco. Pero caen los tres al piso. ¿Quién le dispara a Eddie?. La cámara lenta de ofrece una versión que es que el Sr. Blanco antes de caer al piso logra dispararle a Eddie también, y dilema resuelto. >br> Más, lo que destaco de todos estos apuntes es que la escena debe ser muy efectiva, ya que todas estas cosas no surgen de una primera mirada. E incluso, luego de develadas, no cambian la tensión con la que el espectador espera la resolución del film.

Otro ejemplo es que los criminales en el film The taking of Pelham One Two Three, (1974) también usaban colores para identificarse cada uno de manera anónima.

Por otro lado, lejos ya de su actual manera de filmar (Kill Bill vol I y Vol II son ejemplo de ello) Tarantino en Perros… trabajó con un escaso presupuesto, de hecho el vestuario de los actores eran prendas que ellos mismo llevaban al rodaje. El almacén donde se reúne la banda es en realidad una funeraria, y rastros de ella se ven cuando el Sr. Rubio está senado arriba de una pila de cajas (muy particulares ellas) tapadas con una sábana.

El título original del film es Reservoir dogs. La génesis del título es un cruce entre los títulos de dos películas adoradas por Quentín. Por un lado, Straw dog (Perros de paja, 1971) de Sam Peckinpah y por otro lado Au revoir les enfants (Adiós, muchachos, 1987) de Louis Malle. "Es un nombre perfecto para esos tipos, son Reservoir dogs, sea lo que sea lo que signifique", declaró Tarantino en acerca del tema.


Vale decir entonces, que claramente en su segunda película Quentín Tarantino empieza a dejar su marca autoral. En el desarrollo de los personajes, en el uso dramático de absolutamente cualquier objeto que circule alrededor de ellos, aunque no sean actores de historias profundas y comprometidas.
El cine de Tarantino es una muestra acabada de que se puede filmar de manera extraordinaria la historia más simple. Y que como el cine es entertainment y no debe hacer oídos sordos a ese llamado, no es menos obra artística ni menos revolucionaria porque nos mantiene quienes nos mantienen obnubilados frente a la pantalla son ladrones de diamantes.
A la teoría sobre cine le encanta dejar afuera obras asequibles por todos, pero en este caso, Tarantino se excluye solo, por naturaleza, porque en verdad Perros… es un film que no se encasilla en ningún género exacto, pero tampoco reniega de las marcas propiamente genéricas.
Y porque a veces, es necesario levantar la cabeza y mirar hacia fuera porque hay cosas que valen la pena, que son bocanadas de aire fresco.
Perros de la calle es el principio de una serie películas, las de Tarantino, que llevan al espectador al Coliseo, a prenderse fuego. Porque cuando el fuego crezca, hay que estar allá.





NOTAS
(1) Vicente Molina Foix, VV.AA. Historia general del cine. Vol. VII: El cine en la era audiovisual., Madrid, Editorial Cátedra, 1995.



Por Lara Decuzzi (lara@solocortos.com)
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