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:: AB-AC-AD-AF = DANZÓN (1)

Inocencia. DEVOCIÓN. Idealismo. MUJER…

Definición 1: Acerca del Danzón.
Es un baile cadencioso, sencillo pero elegante en sus pasos, y tiene como característica muy particular el que, de acuerdo con el medio ambiente donde se practica, y por su prolongado desarrollo musical, durante cada estribillo después del primer tema, descansan los bailadores abanicándose la cara la mujer, secándose con el pañuelo el sudor de la frente el hombre, galanteando entrambos mientras tanto.(2)

Sencillez. ELEGANCIA. Medio ambiente. GALANTEO. Inocencia. DEVOCIÓN. Idealismo. MUJER… De todo esto trata el film de María NOVARO llamado justa y ciertamente Danzón. Porque es el danzón una música y una danza caracterizado por un estilo sencillo y elegante, tanto por sus acordes como por sus pasos y el film de la NOVARO no está exento de estas mismas características, desde lo estético a lo temático, y al corazón mismo del relato, se apuesta a redefinir el lugar de la mujer mexicana en la sociedad, virando el entendimiento de la tradición, jugando todos estos tópicos desde una mirada cargada de idealismo -inocencia y devoción, todo esto para definir el concepto de amor, rescatando la figura romántica propia del melodrama: la mujer que ama y sufre, que se entrega una y otra vez a cada momento buscando la anhelada felicidad, y como se dice en el bolero de Arsenio RODRIGUEZ: la vida es un sueño, la realidad es nacer y morir…y el mundo está hecho de infelicidad.”.

Esta búsqueda de la autora podemos anclarla en 3 puntos esenciales trabajados a lo largo del film, a saber: 1) la construcción de la identidad masculina sobre la base de la ausencia, idea de drama como acción y lo masculino unido al movimiento; 2) arquetipos y convenciones del cine mejicano sirven como anclaje temático e ideológico para re-definir y desmitificar el rol de la mujer en la tradición y en el marco social y cultural de México, definiendo una nueva identidad para lo femenino; 3) partiendo del concepto original que melodrama implica una estrecha relación con la música, la autora del film usa la música como vehículo y contrapunto para trabajar las pasiones de sus personajes, otorgándoles una vida en estricta comunicación con lo popular y lo tradicional, sin dejar de hablar de esta redefinición de la mujer en relación con el amor y la pasión.

1. Lágrimas Negras...
“Aunque tú me has dejado en el abandono,
aunque tú has muerto todas mis ilusiones,
en vez de maldecirte con justo incorro,
en mis sueños te colmo,
en mis sueños te colmo de bendiciones.
Sufro la inmensa pena de tu extravío,
siento el dolor profundo de tu partida,
y lloro sin que sepas que el llanto mío
tiene lágrimas negras,
tiene lágrimas negras como mi vida…”(3)

…A ti que has partido, y de tu ausencia, yo vivo.
La vida de las mujeres en Danzón gira alrededor de los hombres, pero esta idea se construye a partir de los lazos que se establecen ellas entre – Julia, Doña Ti, Silvia, Tere, la colorada, Perla, y hasta Susy -, y partir de allí, es que se definen sus relaciones con el sexo opuesto. El hombre es un objeto en sus vidas, un punto de referencia para determinar el carácter dramático de sus historias, pensemos que drama también significa acción y podemos entender por acción todo aquello que nuestra protagonista lleva a cabo envuelta en el deseo por ese hombre ideal, Carmelo.
Dándole vuelta al término acción – drama y antes de lanzarnos a trabajar esta idea de la ausencia para construir un hombre ideal – léase arquetípico – habrá que pensar que ya desde le mismo título se grita acción, danzón es una melodía, un baile, venido originariamente de cuba y adoptado fervientemente por los mejicanos hasta la actualidad, cultivando el ritmo de manera tradicional tanto en Veracruz como en ciudad de México. Drama – acción también se conceptualiza en el viaje iniciático de la protagonista (Julia – María ROJO), porque en ese viaje es también donde se materializa el concepto de ausencia y de movimiento (sinónimo de acción en el film), ya que los hombres están en constante movimiento, no así como las mujeres que tienden claramente a permanecer en sus lugares, inclusive Julia, ya en Veracruz se establece en un lugar donde predominan las mujeres, y todas ellas son mujeres que han echado raíces con su lugar, pero por sobre todo, Julia viaja para recuperar a su hombre y llevarlo de vuelta a su lugar, a ese lugar de pertenencia – la pista de baile funciona aquí como el escenario catalizador de todos los temas abordados en el film, en la pista danzonera se inicia el relato y allí termina, y tanto Julia como Carmelo pertenecen a ese lugar que los reclama como propios.
Para las mujeres de Danzón los hombres son personajes que van de paso, como los marineros que intenta seducir Susy, los hijos de doña Ti que nunca aparecen, los amantes de la Colorada, Carmelo y hasta el mismo Rubén, son personajes que se mueven, mientras que las mujeres como hemos dicho, permanecen en sus lugares, conservando la tradición – el baile, el lugar, la pasión. Es así que para NOVARO la construcción del ser masculino mejicano se materializa sobre la base de la ausencia, no porque no halla personajes masculinos, sino porque el valor de reconfigurar el lugar de la mujer en esa sociedad altamente machista – trabajada así desde los filmes de Emilio FERNÁNDEZ – con la excusa de dotar al mejicano de su identidad nacional, en desmedro del lugar de la mujer, relacionado con una figura muy por debajo del honor masculino. Esta idea de permanencia en Danzón es crucial al momento de definir cuál es el rol de la mujer en la sociedad y la tradición. Si en los filmes del Indio FERNÁNDEZ la figura que prevalece ligada al honor y la moral es la masculina, el deseo – casi en estado primitivo – y causante del mal esta dado a la mujer, quien curiosamente suele ser la protagonista (María Candelaria, Flor silvestre, Las abandonadas) y es justamente en los personajes interpretados por Dolores del RÍO donde se conjugan los males que acarrea la pasión.
No exento de culpa en filmes posteriores como Él de Buñuel –como en toda su filmografía- el deseo está teñido siempre de las obsesiones masculinas: la mentira, la traición, los celos, siempre aparecen tamizados desde la perspectiva del hombre, recayendo sobre la mujer –cierta o falsamente- la culpa por la debacle moral que sufre el personaje masculino. Lo interesante en Danzón es que no se emiten juicios valorativos directamente sobre el rol masculino en contraposición con el actuar de la mujer, como si ocurre en los films de FERNÁNDEZ o los melodramas mejicanos de BUÑUEL, sino todo lo contrario, a través del drama/acción se construyen y de-construyen los arquetipos:
Se construye el mito del hombre arquetípico mejicano como caballero en la figura de Carmelo, recayendo en su ejemplar vestimenta y en el lavado de su honor cuando se lo acusa falsamente del robo. La directora vuelve sobre la idea de la construcción en ausencia remitiéndonos toda la historia como parte de un relato oral, estructurando así toda la información que recibe la protagonista y que es la misma que recibe el espectador, ese saber a medias y de “oídas” también permite hacerse una idea de lo que sobre la ausencia se habla en el film. Esa información sobre el personaje masculino da cuenta del tipo de hombre que es, pero lo que realmente importa es el cómo la protagonista lo ve y siente que debe verlo, ya que será ese su pivote para lanzarse en su búsqueda.
La idea del amante en torno al amor loco (amour fou) trabaja sobre el arquetipo de hombre de mar y de puerto, rústico y rudo, pero tierno para con su mujer, un tipo de hombre ligado a la tradición concebida junto al actor Pedro ARMENDÁRIZ y al Indio FERNÁNDEZ. Hombres de pocas palabras y pasión latente y viril, morochos y leales. El arquetipo masculino ligado a ARMENDÁRIZ/FERNÁNDEZ en el film se trabaja también sobre la figura de Carmelo, ya que si en Rubén se hace patente como amante, es en Carmelo donde quedan latentes estas virtudes tanto en la impronta como el fisique du rol como en la vestimenta.
La ausencia masculina se refuerza con el personaje de Susy, el travesti que se prostituye y que de alguna manera se convierte en confidente de Julia. La ausencia de toda rasgo masculino (excepto el físico) es notable en escenas como en la que Julia le da clases de danzón y el pide jugar el rol femenino de la pareja de baile.
Acción – drama – ausencia se termina de manifestar plenamente desde el primer plano de la película, cuando se elige mostrar un par de zapatos antes de comenzar el baile, y son femeninos, luego aparecerán los pies masculinos, y recién después el encuadre se abre mostrando a las pajeras mixtas moviéndose sobre la pista. Ausencia que es evidente y necesaria para consumar el baile en pareja y en especial el danzón:

Definición 2: Acerca del danzón…
"...para bailar, el hombre debe colocar el brazo izquierdo en escuadra lateral sosteniendo la mano derecha de su compañera, y luego, apoyar su propio meñique derecho extendido sobre la cuarta vértebra (de abajo p'arriba) de su pareja".

Es en el hombre donde se canaliza la seguridad de la mujer. Es el hombre el que guía con firmeza a su pareja, dotándola de movimiento y gracia. Es el hombre el que halaga con sus manos y su mirada a su pareja femenina mientras esta se abanica o se deja llevar en seductores movimientos de cadera y pies. Gracias a esta ausencia es que se conforma el nuevo ser femenino, desligado y re-escribiendo – desmitificando - el lugar de la mujer. Comparte con los films de FERNÁNDEZ/BUÑUEL la decisión que mueve la trama y que está a cargo de la mujer, solo que a diferencia de los personajes encarnados por Dolores del RÍO su deseo no obra mal, no produce una tragedia, no cuestiona ninguna moral, sino por muy por el contrario, la ausencia del hombre configura el ideal femenino y lo arrastra en su búsqueda, colocando a la mujer en un lugar privilegiado donde atada a sus pasiones no es castigada por ello.

“…Sufro la inmensa pena de tu extravío.
Siento el dolor profundo de tu partida.
Y lloro sin que sepas que el llanto mío,
tiene lágrimas negras,
tiene lágrimas negras, como mi vida.” (4)

2. Puras Ilusiones. Amor perdido…
“…Un jardinero de amor siembra una flor y se va,
otro viene y la cultiva, de cuál de los dos será.
Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.
Quiero arrancar mi canción desde el fondo de mi ser
por eso suenan mis cantos sinceros igual que ayer.
Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.” (5)

La viajera…por una redefinición de la mujer mejicana… El viaje de Julia se conforma como una verdadera travesía hacia el interior de sí misma, a partir de esa ausencia, es que su viaje se erige como metáfora válida para el acceder al interior del alma femenina, remarcando su carácter de permanente (nótese que en los filmes del Indio FERNÁNDEZ el hombre termina – de alguna u otra manera – abandonando a la mujer que ama, o de la que es objeto de su pasión), después de todo la protagonista al final regresa a su mundo (de mujeres), signando su búsqueda del hombre ideal solo para dar cuenta de la importancia de su propia feminidad, y por ende desmitificando el lugar negativo que tenía la mujer en la tradición mejicana, ofreciendo una manera distinta de ver la realidad, con ojos de mujer, ojos de mujer enamorada, ojos de mujer dispuesta a llevar a cabo sacrificios pero nunca en contra de sus ideales, que son los ideales de una mujer devota e idealista, pero no por eso menos apasionada, y lo que es más importante – en relación con los personajes femeninos de Dolores del RÍO por ejemplo – no por eso, sus sacrificios o sus lealtades y su pasión le traen desgracias, penurias o castigos.
Esto es muy importante, ya que en México, a través del cine, como muchas otras manifestaciones culturales, se ha mantenido una visión predominantemente masculina desde sus orígenes al momento de establecer modelos de identificación. Filmes como Danzón apuestan a una definición de realidad como la suma de muchas percepciones particulares, añadiendo la visión femenina ligada a un fuerte sentido del deseo y del idealismo, remarcando una nueva y apasionada realidad, sin desmitificar necesariamente la figura del hombre, sino por el contrario, estableciendo por contrapunto cuál es su rol en este juego de seducción, y en todo caso afirmando, que si la mujer permanece es porque para ella la tradición es un elemento fuertemente dominante pero, también afirmando que es la mujer la encargada de “atar” al hombre a ese lugar llamado hogar –que bien puede ser una pista danzonera-.

Julia encarna este modelo que no le importa el cómo pero que a su manera, entrega el corazón, porque el cine mexicano trabaja sobre arquetipos Julia no escapa a ninguno, pero no desde un lugar negativo. Si la belleza en María Candelaria es un mal que produce envidia y celos, en Danzón es una suerte que permite a la protagonista acceder libremente a los juegos del corazón. Si la lealtad al hombre en Las abandonadas hace que la mujer termine abandonando a su hijo y auto-marginándose, en Danzón muy por el contrario, hace que esa lealtad sea llevada hasta el final, pero es una lealtad que no simboliza traición ni marginalidad ni autodestrucción, sino idealismo, que cultiva un amor sincero y devoto. Si el deseo de Gloria en Él de BUÑUEL trae aparejado una mala interpretación y un desmedido juego de celos y violencia en Don Francisco, no es el deseo un mal para NOVARO ni para ninguno de sus personajes, es un motor que lleva a llenar de significado un vacío (nuevamente esa ausencia), y ese significado nunca está ligado a un desprendimiento de valores morales, porque la moral no está puesta en juicio, y si Julia inicia un apasionado affaire con un hombre más joven al que desea con locura, es solo para recordarse que ella misma también puede cambiar y que no está bien atarse a ridículas convenciones como la que enuncia al principio del film cuando claramente hace referencia a que no puede bailar con un hombre menor. Esta transformación –o mejor dicho, esta capacidad de autorreflexión y auto-transformación- es lo que revaloriza la figura de la mujer, porque en sus pensamientos y en sus esperanzas late el misterio de un alma enamorada, y emprendedora y valiente. Al final del camino no hay sufrimiento ni marginación, sino recompensa por esa lealtad.

Se comunica claramente esa idea de manejar el arquetipo de melodrama pero desmitificando el rol negativo que parece tener que asumir la mujer cuando padece de amor. El amor –la ausencia- lanza a la aventura a la protagonista, pero también es una aventura interior para consolidarse como mujer. Susy escupe a boca de jarro: tienes miedo de parecer puta o de gustarle a los hombres.” Justamente de eso se trata. ¿Por qué ha de parecer puta porque quiere gustar a los hombres? Es una mujer atractiva y no por eso menos digna, no hay en su belleza ni en su altivez signos dañinos que la hagan menos leal ni menos mujer, por el contrario. Se nos afirma esto en cómo se lleva a adelante el romance entre Rubén y Julia, siendo Julia que la permite ser deseada y quien decide entregarse a ese deseo que sabe pasajero. Ella decide abandonar la aventura cuando es necesario, sin tragos amargos ni despedidas. No hay rencor sino búsqueda de libertad y comunión. Por delante de su vista se pasean los barcos con nombres de danzones típicos: Amour fou, Lágrimas negras, Puras ilusiones, Amor perdido, Me ves y sufres…
Visión de mujeres sobre mujeres, Danzón también puede significar el re-descubrimiento de una nueva feminidad dentro de la mitología fílmica mexicana, una cinematografía, hemos dicho, acostumbrada a los arquetipos, al melodrama, y es a través de la belleza – la libertad de actuar – el pensamiento – las dudas – el amor que atraviesa a Julia lo que hace interesante esta desmitificación de los roles comúnmente atribuidos a la mujer en Méjico. A nivel social, es importante este aporte desde el cine, y vale decir que Danzón no está sola en esta cruzada, de allí también la importancia de una filmografía que se muestra al mundo e internamente atada a sus tradiciones pero con nuevos aires sobre sus reflexiones y sus pensamientos sobre el papel de la mujer, otros films como La tarea (1990), Como agua para chocolate (1992), La mujer de Benjamín (1991) o la mas reciente Frida, ofrecen una mirada esencialmente femenina sobre el deseo, el amor, la lealtad, y justamente, la ausencia.

Desgranar la imagen desde un plano detalle, a un plano más abierto de piernas y luego recién llegar a un plano medio y por fin al plano entero que habilite un plano general es parte de esta estrategia narrativa al servio de mostrar el deseo a partir de las ausencias y las permanencias. El salón de baile Los Ángeles es el lugar propio de Julia y Carmelo, la ausencia de Carmelo arroja a Julia en una búsqueda para afianzarse como mujer, recorrer otros salones de baile pero sin dejar de pensar en su única pareja, porque con Rubén puede consumar el acto sexual pero no el acto ideal que la sostiene como verdadera mujer que se materializa en el baile del danzón, y el danzón es parte de la tradición mejicana, al menos desde 1910. Tradición y pasión, nunca son traicionadas por Julia, sino que por el contrario, a través de la prostituta que solo deja de trabajar cuando le viene la regla, o la dueña de la pensión que espera pero no desespera por sus hijos que no la vistan, se afirma el lugar de la mujer como base de cualquier permanencia y configura el universo del ser mejicano, desde el salón de baile hasta la pensión, identificando evidentemente a la mujer con la piedra fundamental de ese sistema. No se trata de asfixiar al personaje femenino con las culpas la resueltas surgidas del deseo masculino, sino por el contrario, indagar en la naturaleza del ser mujer y darle categoría casi épica a su amor/lealtad, así NOVARO hace atravesar a su protagonista distintos círculos que debaten sutilmente el lugar de la mujer en la sociedad, pero siempre identificándola con una presencia firme, que define lugares e ideales, y determina fuertes lazos como la amistad, el amor, la familia. A través de la prostituta (personaje típico de los melodramas mejicanos –y universales por que no) se consolida el rol de la mujer que debe trabajar y no por eso se avergüenza de ello, tiene una familia que alimentar pero no es criticada ni marginada. Porque Danzón en este sentido se ocupa de situar a sus personajes en una esfera social media – baja, personajes que deben trabajar para vivir, pero que llenan de sueños e ideales sus ausencias, y no encuentran en su pobreza o limitación material una puerta cerrada que deriva en un mal uso de sus deseos sino que sus deseos les otorgan esperanza.
La búsqueda de ese hombre ideal es solo una excusa. El baile es una excusa. Los arquetipos son una excusa. Porque…

“…Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.
Tristeza, mi corazón,
cuando me llega el adiós no existe alegría al separarnos los dos.
Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.”

3. A grito de loco. Teléfono a la distancia.
Mi vida es un danzón…
“…Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.
Tú me quieres dejar, yo no quiero sufrir,
contigo me voy mi santa aunque me cueste morir.

Lágrimas negras hechas danzón…
La música define parte del origen del melodrama como género dramático y cinematográfico. Pues bien, en Danzón la música tematiza constantemente los estados anímicos de la protagonista, apuntalando esta construcción de la figura romántica de la mujer, del hombre recio y ausente o en movimiento, reindicando el lugar del deseo y de lo sexual en un universo fuertemente cotidiano y popular.
Porque el danzón como música, como baile, está intrínsecamente relacionado a lo popular. Y sus letras y movimientos remiten constantemente al juego entre lo femenino y lo masculino, y es interesante el contrapunto logrado en el film, ya que en el baile, la figura que predomina como autoridad es la masculina pero en el film, la figura que predomina –atada a pasiones e ideales- y lleva adelante la acción para consolidar su lugar de pertenencia es la de la mujer. Esta mujer que en su viaje se consolida y consolida sus ideales, permitiéndose cambiar, y permitiéndole a la mujer mejicana identificarse con otro tipo de personaje.
Lo popular y lo tradicional se comunican a través de la música, y si hemos hablado de arquetipos, justamente el danzón es un arquetipo, donde predomina la visión masculina para sostener ese esquema de pasos y música. Sobre este arquetipo construye NOVARO la exploración temática del rol de la mujer en la sociedad mejicana, y lo hace también a través de los títulos más representativos de la danzonera musical, Lágrimas negras, Viajera, Amor perdido, Teléfono a distancia, Cómo fue, Pour toi, títulos más que representativos y que desde la banda sonora del film comentan cada momento que atraviesa la protagonista. Temas por otra parte, como Julia misma, muy comprometidos desde la letra –y desde el pensamiento- con esta idea de amor ideal, del deseo leal y devota, de la invocación al ser amado desde la nostalgia y la melancolía, porque amar implicar ceder y perder, y en la ausencia se comunica la presencia.
La sensualidad del baile es fundamental para entender el actuar de la protagonista, ya que esta está atada a esos rituales musicales del danzón, jugándose su lealtad exclusiva a esta música y por ende a su ideal masculino encarnado en su compañero de baile.

Música. Danzón. Mujer.

A modo de conclusión…
La historia nos cuenta que el danzón emigró de Veracruz a la ciudad de México, evolucionando a lo largo de los años pero manteniéndose vigente en el gusto popular, alimentando la cultura de México con salones como el Salón México, o los tradicionales Salón Colonia, Los Ángeles (citado en la película) o el California. Ya sea en la ciudad de México o en Veracruz, el danzón es un elemento vigente en la música popular, que se mantiene vivo como género bailable, quizás por su innegable elemento erótico, sutil y refinado, en una época en que el baile de pareja parece estar desapareciendo, y justamente a esto, el film de NOVARO responde con inusitado calor y color, el calor y el color de una mujer que mantiene permanencia en la lealtad a sus convicciones e ideales, y que sutilmente entrega una revisión profunda de la mujer mejicana en todos sus valores, incluyéndola en un marco social de pertenencia, sin aislarla marginarla o castigarla, redefiniéndola, construyendo y apostando por un nuevo imaginario, así como las obras anteriores del Indio FERNÁNDEZ apostaban a trabajar con un fuerte imaginario del ser mejicano donde predominaba una mirada fuertemente masculina, NOVARO redefine este universo espacial posible, donde impera la mirada de la mujer, apasionada e idealista, sin perder de vista sus orígenes ni su tradición.
Danzón podría pensarse como una fábula moderna del viaje iniciático donde lo héroes se transforman a si mismos, todo esto en un marco y en un tono esencialmente nostálgico, lejos del hiperrealismo ripsteiniano y mucho más cercano a filmes como Como agua para chocolate o La tarea, donde la sutileza se entremezcla con un colorido vistazo por la costumbres mejicanas, sin perder de vista, en el caso de La tarea>/b> o Danzón, los toques realistas que abren un tono menos turbio y trágico sobre Méjico, sus ciudades y habitantes, pero en especial, sobre sus mujeres.

Tras esas lágrimas negras hay una ausencia que se reclama, mientras esos pies bailan al son de un danzón, apretando cuerpo contra cuerpo, seduciéndose y dejándose llevar. AB-AC-AD-AF. Danzón. Hombre y mujer en una sola comunión. La del baile. Ritmo sensual. Uniendo tradición con pasión y deseo. Dándose tiempo para vacilar, ella esgrimiendo un abanico multicolor y él ahuyentando la transpiración con el pañuelo. Y entre esos recortes de pies elegantemente vestidos, se escriben otros movimientos, el de la ausencia y el de la permanencia. Mujeres enamoradas que escriben con devoción la letra apasionada de sus vidas como si fuera un danzón, logrando establecer una fuerte empatía hacia el personaje femenino protagonista, reflejando la soledad existencial de la mujer mexicana contemporánea, soledad que se relaciona estrechamente con los elementos más populares como la música, soledad que puede pensarse a partir del las ausencia masculina y la permanencia de la mujer.

“Aunque tú, me has dejado en el abandono,
aunque tú has muerto todas mis ilusiones,
en vez de maldecirte con justo incorro,
en mis sueños te colmo,
en mis sueños te colmo de bendiciones.
Sufro la inmensa pena de tu extravío,
siento el dolor profundo de tu partida,
y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras,
tiene lágrimas negras como mi vida...”
Notas:

(1) Estructura musical del danzón, una especie de rondó que se desarrolla bajo el esquema AB-AC-AD-AF, es decir: (A) introducción que después se torna en estribillo, (B) desarrollo del primer tema, (A) estribillo, (C) desarrollo del segundo tema, (A) estribillo, (D) ocasionalmente desarrollo del tercer tema, (A) estribillo, poco acelerado al final que resuelve en (F) "montuno" final, ligeramente más vivo. Como en los temas B, C y D pueden acomodarse las melodías de canciones populares de cualquier nacionalidad, trozos de ópera o de piezas muy conocidas, el danzón adquiere una gran versatilidad que le permite ser fácil y francamente aceptado en diferentes ámbitos.
(2) Suplemento del periódico El Día: “La Música en México". Artículo escrito por el Prof. Daniel García Blanco, publicado el 1° de mayo de 1973.
(3) Lágrimas negras. Miguel Matamoros.
(4) Ídem. anterior.
(5) Ídem. anterior.


Por Christian Busquier (editorial@solocortos.com)
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