Fútbol y cine en España
El cine es un medio de expresión que se nutre de todo su entorno y, de esa manera, el deporte también ha sido retratado en diversas ocasiones a lo largo de su historia. Si nos centramos en el cine español, tenemos que hablar sin dudarlo del fútbol, el deporte rey de nuestro país, sin discusión. Sin embargo, resulta curioso, analizar las diferencias existentes entre la utilización del deporte en el cine hecho en España con el cine hecho en Estados Unidos, el referente cinematográfico de la industria. Está claro, que los americanos tienen tendencia a engrandecer todo lo que hacen, así pues, dando un vistazo rápido por su cine nos encontramos con multitud de películas con temática deportiva, béisbol, baloncesto y, sobre todo, fútbol americano, casi siempre desde una perspectiva épica y casi mística como atesoran títulos como “El mejor” (The natural), “Un domingo cualquiera” (Any given sunday) o “Titanes: Hicieron Historia” (Remember the Titans), nada más lejano de la perspectiva utilizada en España.
Haciendo un breve recorrido por nuestro cine nos encontramos con una primera incursión en el tema por parte de Benito Perojo, una réplica de Charlot en nuestro país, con el singular título de “Clarita y Peladilla van al fútbol” (1915). Unos pocos años más tarde, fue Florián Rey quien realizó “Fútbol, amor y toros” (1929), una película protagonizada por un tal Guerrita, cantante flamenco de la época y, como puede imaginarse, aglutinaba todos los tópicos habidos y por haber sobre España. Y, poco después, Ricardo García “K-hito” dirigió “Falsa noticia de fútbol” (1932).
En las siguientes dos décadas, escasean referencias temáticas al fútbol en España, y tan sólo a mediados de los cincuenta parece renacer el interés, donde destacan breves incursiones en cortometrajes documentales didácticos de unos diez minutos de duración, sobre las “Reglas del Fútbol. Primer Tiempo” (1956); “Segundo Tiempo” (1956) y “A través del fútbol” (1962), los dos primeros dirigidos por Adolfo Mendiri y que contaban con la colaboración en la voz narradora del conocido comentarista deportivo y taurino (volviendo a los tópicos) y casi el ídolo de una generación, el incombustible Matías Prats. El tercero es una de las escasas incursiones en la dirección del famoso productor Elias Querejeta junto a Antonio Eceiza. Es en esa época y, coincidiendo con la llegada a los clubes españoles de importantes jugadores extranjeros, que se acrecienta el interés de la industria cinematográfica por el fútbol y se realizan las películas más conocidas donde la mayoría de sus protagonistas son los propios jugadores, como en “Once pares de botas” (1954) de Francisco Rovira Beleta y en “Los Ases buscan la paz” (1955) de Arturo Ruiz Castillo, y que era una especie de biopic sobre la figura del futbolista Ladislao Kubala, en la que era perseguido por espías comunistas que buscaban su colaboración, una temática muy acorde al anti-comunismo del régimen franquista existente en ese momento en el país. Al año siguiente, Javier Setó realizó “Saeta Rubia” (1956), protagonizada por la otra cara de la moneda del fútbol español de la época, Alfredo di Stéfano, donde siguiendo con los valores de ejemplaridad de los ídolos deportivos, el bueno de Alfredo interpretaba un personaje donde tenía que domar a un grupo de golfillos y redimirlos a través del fútbol, intentando repetir, años más tarde, el éxito de público en otro film futbolístico dirigido por Luis Marquina, “La batalla del domingo” (1963), donde en el declive de su carrera futbolística se intenta hacer un retrato más humano del mito.
La utilización del fútbol argumentalmente cambia de tercio con la transición, y los protagonistas dejan de ser los futbolistas-mitos y se convierte en la gente que acude a verlos al campo, gente que utiliza el deporte como una vía de escape a sus miserables vidas, casi siempre utilizando una vertiente cómica y picaresca de la situación. De esa época, destacan títulos como “Ibéricas FC” (1971) dirigida por Pedro Masó, donde un equipo integrado sólo por mujeres hace las delicias de los aficionados que por otra parte deben ocultar a sus mujeres las características de su equipo preferido, o “Jenaro el de los 14” (1974) de Mariano Ozores y protagonizada por Alfredo Landa, donde se centraba en las peripecias de un acertante de la Quiniela, el sueño de ganar un premio millonario en las apuestas deportivas nuevamente como salida a una vida gris y a un momento de grave desconcierto social. Era la época dorada del “landismo” ese cine español que sirvió para refrescar a una generación e hipotecar el cine de las que le siguieron, incluso en la actualidad mucha gente en nuestro país rechaza el cine hecho aquí debido a las secuelas artísticas que dejaron aquellas películas. En 1975 nos encontramos con que el oscarizado José Luis Garci, gran aficionado al fútbol, realizó un cortometraje documental de 11 minutos titulado “Al fútbol”, una de sus primeras obras, a las que siguieron una retahíla de películas donde a menudo se hacía referencia secundaria al tema, como parte de la vida de sus personajes.
En el cine más actual, se pueden encontrar contadas apariciones del fútbol como tema importante y tan sólo resultaría destacable nombrar:
-“Matías, juez de línea” (1996) dirigida por La Cuadrilla (Santiago Aguilar/Luis Guridi), como parte integrante de su trilogía hispánica iniciada con “Justino, un asesino de la tercera edad” y finalizada con “Atilano presidente”, donde el original argumento trata sobre Matías, un juez de línea español que, en un partido internacional donde la selección española se juega la clasificación para la fase final del mundial, se convierte en el enemigo público nº 1 del país, al obligar al arbitro a señalar un penalti contra España en el último minuto del partido y que provoca la eliminación de la selección.
-“La primera jugada” (1997) un telefilm dirigido por Luis M. Güell y que trataba sobre los avatares de los jóvenes jugadores de la cantera de F.C. Barcelona y sus sueños por alcanzar el primer equipo, una película que casi nadie vio y que, sin embargo, es la que temáticamente lograba enlazar con mayor intención el fútbol como parte central del argumento de un film, con resultados discretos.
-“Carne Trémula” (1997) dirigida por Pedro Almodóvar, que contiene una delirante escena donde Javier Bardem y Liberto Rabal interrumpen una pelea para cantar al unísono un gol de la selección española en un partido retransmitido por televisión.
-“Torrente. El brazo tonto de la ley” (1998) y “Torrente II. Misión en Marbella” (2001) de Santiago Segura, donde el conocido y desagradable personaje interpretado por el propio Segura, reúne en su persona todos los tópicos del español de a pie, una especie de monstruo de Frankenstein con un cerebro que aglutina los peores pedazos de la sociedad y que es un fanático del At. de Madrid, el club de los sufridores, incluyendo un pin del escudo como parte fundamental de la trama del film. Segura, fanático de los films cómicos de la transición se ha encargado de modernizar los mismos, trasladando su éxito a nuestra época, un auténtico bombazo en taquilla y un salvavidas para la economía de nuestro cine, con el riesgo de caer en los mismos errores del pasado, cuando sólo se buscaba la comercialidad en detrimento de la calidad artística.
-“Centenari” (2002) de Antoni Ribas, que aprovechando el tirón del centenario del F.C. Barcelona, intentó realizar sin mucha suerte una radiografía del club, mitad ficción, mitad realidad, y que no interesó a nadie, donde los personajes estaban inspirados en jugadores y directivos reales para lograr la promoción fácil a través de la polémica.
-Y finalmente, “Días de fútbol” (2003) de David Serrano, el éxito de esta temporada, otra comedia donde un grupo de treintañeros deciden recuperar el equipo de fútbol de su infancia para poder ganar alguna cosa en sus aburridas vidas, aunque sólo sea un campeonato de Fútbol 7. Una comedia hecha para obtener la complicidad del público que se debe reconocer en las situaciones de los personajes, una fórmula que ya le funcionó al director como guionista de “El otro lado de la cama” y que ha logrado repetir, aunque en menor medida.
Si volvemos a recuperar la reflexión del principio donde hacíamos una comparativa del deporte utilizado en el cine americano y el español, nos daremos cuenta que en España, el fútbol no se trata de esa manera épica donde se exaltan los valores patrióticos y humanos del deporte como por ejemplo en “Evasión o Victoria” (Escape to Victory) sino, más bien, todo lo contrario: el fútbol se utiliza en España para reflejar las carencias de las personas que son capaces de modificar su estado de ánimo por el resultado positivo o negativo de su equipo preferido, o se utiliza como medio descriptivo de los tópicos que nos envuelven, esos mismos tópicos que odiamos cuando los utiliza la gente de otros países con nosotros, como si el cine se creyera por encima del fútbol y lo hiciera incompatible. Tal vez todavía no se ha hecho la película que retrate nuestro deporte rey con la justicia que se merece.
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